Este año hemos conseguido algo muy positivo. Terminamos en la 4ª posición en el Circuito de Regatas de Altura de Catalunya, organizado por un Enregata, un logro que esconde detrás una historia de esfuerzo, trabajo en equipo y superación. Compitiendo en un circuito exigente y enfrentándonos a barcos más modernos y tripulaciones altamente preparadas, hemos logrado situarnos en una posición que nos llena de orgullo. Es importante recordar que el Marinus First es un barco escuela y que no contamos con una tripulación fija, lo que hace que este 4º puesto sea un verdadero reconocimiento a todo el esfuerzo invertido.

Veníamos de competir en la liga del Club de Mar Port Olímpic, donde ya habíamos obtenido un 4º lugar en la categoría ORC3, pero esta vez fue diferente: nos enfrentábamos a una flota mucho más diversa, con una exigencia mucho mayor. Desde el principio, mi objetivo fue claro: ganar. Competir para quedar en la mitad de la tabla no es una opción para mí; si salimos al agua, es para darlo todo y luchar por las primeras posiciones. Sin embargo, soy consciente de que el Marinus First, por sus características, tiende a posicionarse en la mitad de la tabla. Por eso, cada posición que logramos por encima de eso es una pequeña victoria en sí misma y un reconocimiento a todo lo que el equipo y yo hemos conseguido juntos.

Un barco escuela en competición: retos y recompensas

El Marinus First es un barco escuela, y eso marca una gran diferencia en cada regata. Financiamos el proyecto vendiendo plazas, lo que significa que no tenemos una tripulación fija. En cada regata, muchos de nuestros tripulantes se suben al barco apenas un día antes de la competición, y en varios casos es la primera vez que participan en una regata. Este hecho hace que nuestra 4ª posición sea aún más meritoria: hemos sido capaces de mantenernos regulares y competitivos, adaptándonos a los cambios y formando equipo prácticamente desde cero en cada prueba. Para mí, el desafío ha sido gestionar cada tripulación, entender el nivel de cada uno y saber cuánto podemos exigir, logrando que, sin importar la experiencia previa, todos sientan la emoción de la competición.

Momentos clave en el circuito

Cada regata nos puso a prueba. Desde las elecciones estratégicas de velas y los momentos de virada, hasta el esfuerzo colectivo para sacar lo mejor de cada situación. La Ruta de la Sal fue una experiencia única en este sentido. Debido al mal tiempo, pasamos tres días en puerto, y mantener a la tripulación en “modo regata” fue una prueba en sí misma. Finalmente, cuando pudimos zarpar, conseguir una 5ª posición en la general y 2º categoría Training, fue un verdadero triunfo para el equipo y nos demostró que todo el esfuerzo valía la pena.

Una rivalidad sana y el apoyo de quienes creen en nosotros

En el circuito, he sentido una sana competencia con barcos escuela como el Pekas y el Suhail. Compartimos valores de ayuda mutua y aprendizaje, y me inspira competir junto a ellos. Pero este camino no habría sido posible sin el apoyo incondicional de nuestros patrocinadores: LGConsulting, Caralt i Conesa, Nordes Velería, Harken y Marinus Apps. Lograr patrocinio para un proyecto de vela en España no es sencillo, y contar con su respaldo ha sido clave para alcanzar el nivel de rendimiento que hemos mostrado, ¡muchas gracias!

Mirando al futuro: de la vela de altura a la navegación oceánica

Este 4º puesto me llena de motivación para el futuro. Ahora siento que es el momento de dar el salto hacia la navegación oceánica. Tras esta temporada con el Marinus First, quiero dar el siguiente paso en barcos de regata pura, como los Class Mini, Class40 o Figaro 3. Mi objetivo es embarcarme en una campaña en la clase Mini, y tengo el sueño de, algún día, dar la vuelta al mundo en solitario sin escalas. En estos dos últimos años he podido hacer más de 1.000 millas como patrón del IMOCA de la fundación Barcelona Capital Náutica (antigua FNOB), y mi futuro está ahí.